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Más antigua que el Camino Francés, era la ruta utilizada por los primeros peregrinos, pero Conforme avanzó la Reconquista y los terrenos del sur recuperaron la paz, el Camino del Norte cedió poco a poco protagonismo.
Para la mayoría de los peregrinos su camino no acababa en Santiago si no que querían seguir un poco más y conocer el mítico “Finis Terrae” el fin del mundo.Hoy en día también muchos peregrinos deciden encaminarse al fin del mundo medieval y gozar de una increíble puesta de sol.
Viene su nombre del país que atravesaba en la Edad Media y que ha dejado su huella en lugares tan importantes como París y su Tour de Saint Jacques.A día de hoy es la ruta más popular, no en vano más del 60% de los peregrinos que caminan a Santiago la eligen. A pesar de ser la más concurrida no pierde ni un ápice de su encanto y eso lo demuestran los peregrinos que repiten.
Esta era la ruta preferida por los peregrinos del norte de Europa. Más rápida, más cómoda y menos peligrosa. Muy popular alrededor de los siglos XIV y XV, la mayoría de los peregrinos eran de Inglaterra por eso el nombre.
A día de hoy el camino más transitado después del francés, sigue la ruta que en el siglo XV llevó a la “Reina Santa Isabel de Portugal” a Santiago
“Quien va a Santiago pero no al Salvador, visita al criado pero no al señor”. Esta ruta sigue la senda del primer Camino conocido, la que tomó Alfonso II el Casto, en el siglo IX para visitar la recién descubierta tumba del Apóstol.
Es el camino que une Santiago con el sur de la península, sigue el recorrido de diversas “vías romanas” que unían el norte con el sur de la península. Un camino menos transitado pero no por ello menos bello.
“Hay un lapsus en el Génesis. Y es que no dice cuando fueron concebidos los faros. Son obra humana, pero pertenecen a un orden especial de la naturaleza, como los barcos. …Por muy prodigiosas o grandiosas que sean otras construcciones, no hay una arquitectura comparable.”
Manuel Rivas